10.11.12

Jueves de madrugada



A estas horas ya estábamos en las cuatro paredes de su salón. Risas tontas, pero por mi parte algo nerviosas y cruces ligeros de miradas entre ella y yo. Conversaciones que se perdían en modo off mientras mi cabeza asentía sin saber de que hablaban, mis pensamientos revoloteaban una y otra vez, preguntas sin respuesta. 
Buscaba acercamientos, pero mis piernas fallaban, se negaban a mover un solo músculo, ¿agarrotados? quizás si, sería de la presión a la que yo misma me estaba sometiendo. Los minutos corrían por mi reloj y nosotras seguíamos igual de estáticas. Un empujón era lo único que nos faltaba. ¿El culpable? un par de tragos de vodka, pero eso sí, del barato. Venga va, dale un sorbo le decía y ella sin pensárselo dos veces bebía. Poco a poco nos fuimos acercando, hasta hacer de esa noche, una noche mágica e inolvidable. 
A la mañana siguiente, abrió los ojos mientras mis dedos recorrían su cuerpo muy despacio, se giró y pensé que estaba soñando. 

02 nov

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